El cuento más bonito del mundo

Estrella, me pediste un cuento y aquí lo tienes:

Había una vez (oye, que frase más socorrida para contar cuentos), en un país muy lejano (¿por qué el país siempre es lejano? ¿Ponemos mejor Portugal? ¿Sí? Venga, empezamos de nuevo).

Había una vez, en Portugal, una hermosa princesa… (Que digo yo, que la princesa no tiene por qué ser hermosa).

Había una vez, en Portugal, una princesa corrientucha, de pelo sedoso (ja, ja ni sedoso ni leches, que estoy de los anuncios de champú y su pelo milagroso hasta el…)

Había una vez, en Portugal, una princesa corrientucha, de pelo encrespado y puntas abiertas, labios rojos como la sangre (con el dinero que tenía se podía permitir un buen pintalabios, no por otra cosa), que un día se levantó y se dijo:

-Me voy a conocer mundo.

Su institutriz la miró escandalizada (porque las institutrices siempre se escandalizan, son así) y le preguntó:

-¿Y si viene su príncipe azul?

-Que se tumbe él a esperarme, que ya le toca.

Y se fue.

FIN.